En 1995, mediante la ley 24.601 se declaró el 8 de junio como el Día del Colono Polaco.
Ese día, pero en 1897,
pasajeros polacos llegaron a Buenos Aires a bordo de la embarcación 'Antonina'.
Algunos vinieron escapando de las consecuencias de la guerra.
Estos inmigrantes mantuvieron muchas de sus costumbres tradicionales y valores,
traídos de la Polonia natal. Así como también sus comidas, bebidas, canciones,
danzas y formas de vestir se fueron transmitiendo de generación en generación y
han llegado hasta nuestros días.
La inmigración polaca en Argentina comenzó
a finales del siglo XIX. Polonia fue el cuarto mayor contribuyente neto de
inmigrantes, después de Italia, España y Alemania. Hoy se estima que entre 500.000 y 1 millón de
argentinos tienen ascendencia polaca. Más de un cuarto de la población en
la Provincia de Misiones tiene raíces
polacas, la concentración más alta de polaco-argentinos en el país. Alrededor
de 140.000 polacos viven en Buenos
Aires; otras ciudades argentinas con grandes poblaciones polacas incluyen Córdoba, Rosario, Santa Fe y en distintas
localidades de la Provincias del Chaco.