El Plan Nacional de Lectura del Ministerio de Educación de la Nación lanzó la campaña “Memoria en Palabras”, textos y autores que proponen reflexionar sobre la complejidad de aspectos que plantea el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.
En el marco de la 13 Feria del Libro Chaqueño y Regional, se presentó la mencionada colección en la Casa Museo por la Memoria, en la Ciudad de Resistencia. Aprovechando estas nuevas propuestas literarias, se realizó un taller de lectura en voz alta con alumnos y docentes de escuelas secundarias de Resistencia. La actividad estuvo a cargo de talleristas del Plan Provincial de Lectura del Chaco.
Leer debe servir también para construir/recrear/agilizar la memoria, de las personas y de los pueblos. Un ciudadano lector, un pueblo lector, es pasaporte para conservar y recrear la memoria. Por eso leer es también construir ciudadanía. Eso hicimos con más de 70 alumnos de escuelas secundarias de Resistencia, quienes además se llevaron en calidad de obsequio, diversos ejemplares de la Colección Literaria "Memoria en Palabras", editado por el PNL.
“Pero Aquiles alza una
mano y les ordena silenciarse.
—Que toque él solo
—dice.
Y después de un
silencio que parece largo como una pena amorosa, el bandoneón hace un da cappo
y las notas empiezan a parir un “Kilómetro 11” agudo y chillón, pero legítimo.
Todos miran al tipo,
incluso sus compañeros músicos. Y el tipo transpira: le caen de las sienes dos
gotones que flirtean por los pómulos como lentos y minúsculos ríos en busca de
un cauce. Los dedos teclean, mecánicos, sin entusiasmo, se diría que sin saber
lo que tocan. Y el bandoneón se abre y se cierra sobre la rodilla derecha del
tipo, boqueando como si el fueye fuera un pulmón averiado del que cuelga una
cintita argentina.
Cuando termina, el hombre
separa las manos de los teclados. Flexiona los dedos amasando el aire, y no se
decide a hacer algo. No sabe qué hacer. Ni qué decir.
—Sacáte los anteojos
—le ordena Miguel—. Sacátelos y seguí tocando.
El tipo, lentamente,
con la derecha, se quita los anteojos negros y los tira al suelo, al costado de
su silla. Tiene los ojos clavados en la parte superior del fueye. No mira a la
concurrencia, no puede mirarlos.”
Fragmento del cuento: Kilómetro 11, del escritor chaqueño Mempo Giardinelli, que integra la colección.
"...Blanquita también se dio cuenta de que algo había pasado porque en el comedor había un desbarajuste bárbaro. Los libros estaban en el suelo y algunos rotos. Las sillas, cambiadas de lugar. Y bueno, para qué le voy a seguir contando. Usted no vaya a decir nada, seño, pero yo tuve miedo. Llegamos a la pieza de ellos: la cama estaba vacía y deshecha, pero no como cuando se iban apurados. Deshecha del todo, hasta un poco corrida de lugar (...) No estaba ninguno de los dos en toda la casa. Blanquita lloraba más fuerte que yo. Entonces la abracé y le di un beso. Nos sentamos en el piso del comedor en el medio de todos los libros. Yo empecé a ponerlos en orden, los que estaban rotos los dejé para arreglarlos. Pensé que a lo mejor mamá había salido a comprar la leche y le dábamos la sorpresa. Lo que más nerviosa me ponía era cómo lloraba Blanquita, dale y dale."
Fragmento del cuento La composición de Silvia Schujer, leído en el taller.