La propuesta de “Para leer con todo” (Dirección de Nivel Primario de Nación en articulación con los ministerios provinciales) para 3° y 6° grado, así como la necesidad de avanzar en la promoción de la lectura para el resto de los cursos, nos lleva nuevamente a recorrer los libros que componen la Colección de Obras Literarias recibida por las escuelas primarias.
Entre ellos podemos descubrir varios títulos que se sostienen en la historieta. Este género es muy interesante para acercar a los niños y niñas a la lectura, ya que su identidad gráfica provoca una aproximación directa e inmediata, de poderosa atracción a partir de su pluralidad y heterogeneidad. Como bien señala Oscar Masotta, “la historieta es literatura dibujada”.

El
humor, ligado en general a las tiras dibujadas, tampoco pareciera haber
encontrado a lo largo de muchos años de escuela (salvo en el caso de la
incorporación de Mafalda) un sitio privilegiado desde donde ahondar en
la reflexión, la crítica y la emoción, así como recrear diversas
posibilidades expresivas.
Es
por eso que es valioso recuperar una mirada transversal a contenidos de
diversas áreas curriculares, a través del sentido del humor incluido en
algunas historietas, porque nos permite motivar a los niños de una
manera más atrayente.
El
mundo de las historietas es amplio, por lo que bien vale hacer un breve
mapeo de los elementos que las configuran y que pueden orientar las
propuestas de los docentes con estos materiales.

El
segundo, se expresa a través de bocadillos, en el contorno de un globo,
se apela a onomatopeyas y a una presentación secuenciada del relato que
se condensa en cada viñeta, en la voz de los diversos personajes,
estructurados previamente en un guión. El dibujante y el guionista (que a
veces confluyen en una misma persona) tienen frente a la hoja en
blanco, una intensa y articulada tarea.
“La
historieta se vale de las onomatopeyas para representar –textual y
gráficamente a la vez– ruidos o sonidos, ya sea tanto del ambiente
(frenadas, disparos, portazos, explosiones, golpes, motores y
mecanismos, timbres, etc.) como propios de los personajes (gritos,
risotadas, hipo, estornudos, etc.). Intervienen en la imagen como un
elemento de lectura más –generalmente como texto fuera de globos– y de
su resolución expresiva (tipo de letra, variedad del trazo, tamaño,
color, ubicación y/o recorrido espacial, etc.) dependerá la calidad
sonora que intenta representar”, señala Adrián Montini.
La letra aporta también desde su gráfica al código verbal. Así, si por ejemplo, el personaje habla alto se usarán letras grandes, si en cambio, el diálogo se da en tono confidencial se usarán letras pequeñas; si se canta se pondrán con ritmo ondulante y se completarán con signos musicales.
La letra aporta también desde su gráfica al código verbal. Así, si por ejemplo, el personaje habla alto se usarán letras grandes, si en cambio, el diálogo se da en tono confidencial se usarán letras pequeñas; si se canta se pondrán con ritmo ondulante y se completarán con signos musicales.
Asimismo,
hay que considerar el “clima” (o atmósfera). La autora Poly Bernatene
indica que “ayuda a que los personajes convivan con diferentes
situaciones (soledad, opresión, alegría, tensión o terror, entre
otras)”. El uso del color o del blanco y negro, llevan a diferentes
“estados de ánimo y climas”. Por ejemplo, se usarán “colores oscuros,
monocromáticos o fríos (azules, violetas, verdes) para denotar “clima”
de tristeza, o colores cálidos (rojos, naranjas, amarillos) para mostrar
“climas” más alegres. En el blanco y negro contamos con menos
elementos, pero no por eso menos efectivos... Contamos con la luz y la
sombra, texturas o grises, contraluces, pesados negros, imágenes en
negativo e inclusive grandes espacios en blanco que suelen marcar el
tiempo (como una especie de silencio). Todos estos elementos
complementados y equilibrados pueden hacernos viajar en el tiempo, a
lugares desolados, lugares encerrados, iluminados, y transmitirnos
diferentes sensaciones o estados de ánimo, tal como lo hacen las
palabras”.

La
historia encerrada en los cuadritos asume distintas relaciones entre el
texto de los globos y la acción requerida para adquirir su propio
ritmo, que llevará a una lectura más detenida o vertiginosa. Es
interesante reconocer que entre los cuadros, no hay sucesión obligada
entre el tiempo o el espacio. Puede la historia moverse años o segundos
de un cuadrito a otro, o trasladarse abruptamente entre distintos
escenarios.
Señala Scott McCloud (2008:35): “Las
viñetas de los tebeos fraccionan el tiempo y el espacio, ofreciendo un
ritmo mellado y sincopado de movimientos discontinuos, que el lector
tiene que completar conectando lo explícito y lo implícito y, de ese
modo, construir mentalmente una realidad continua y unificada”.
La
creación de dicha realidad a partir de diferentes escenarios y la
construcción del propio guión, exigen al autor una etapa importante de
documentación. Esto, para dibujar de manera creíble, en el caso de
historietas que recurren a referencias históricas o geográficas, o
simplemente para que sean identificables los objetos que en ellas
aparecen. Una tarea minuciosa de investigación en bibliotecas y
librerías es requerida para obtener la información necesaria, a partir
de la lectura de diversos materiales escritos y/o visuales.
El abordaje de la historieta combina las diversas posibilidades de lectura con la producción
escrita. La creación de tiras por parte de los niños, con base en
textos leídos o en guiones propios que pueden ser individuales o
grupales, resulta una creativa oportunidad para darle lugar al uso
coloquial y libre de la palabra, para poner en juego las capacidades de
comprensión, expresión y comunicación.
La
combinación de un relato secuenciado que se explaya en uno o diversos
personajes, acompañados del uso de la imagen como disparador y soporte
del texto, constituye un ejercicio enriquecedor desde lo icónico y lo
textual, que puede manejarse desde presentaciones simples a otras de una
mayor complejidad, de acuerdo al interés del grupo de alumnos, lo
atractivo de la propuesta y la familiaridad alcanzada con el género.
Todo ello estimulando una actitud crítica y reflexiva en torno a la
realidad.
La
lectura y escritura se encuentran en este género en particular muy
entrelazadas. Es por ello que el docente podrá incentivar una y otra,
por ejemplo, a través de diversas actividades como la confección de una
selección de viñetas agrupándolas por formas (cuadradas, redondas,
rectangulares, irregulares) o de onomatopeyas según la intensidad de su
sonido; o de globos, de acuerdo a lo que expresa su contenido (una
reflexión, un diálogo, un grito).
La
producción de textos puede entonces encararse de muchas maneras. Un
ejemplo posible es la entrega de material ilustrado con los globos en
blanco, después de la lectura de diversas tiras de los mismos
personajes, para que sean los alumnos quienes produzcan los diálogos. La
crítica y la comparación serán herramientas válidas en el aula, en
cuanto a la producción y el análisis de un discurso.
En
síntesis, la historieta, tal como señala César Carrizo (2008), puede
ser “ese resorte que frecuentemente necesita el docente para crear un
interés generalizado que facilite la transposición de los contenidos
curriculares”.
La novela gráfica
La
novela gráfica es heredera de la historieta. Concebida originalmente
para adultos, guarda con el “comic” similitudes y diferencias:
1.-
Se presenta como libro con una única historia de un único autor,
mientras el soporte habitual de la historieta es la revista donde
conviven varias historias protagonizadas por uno o distintos héroes e
intervienen varios autores.
2.-
Mientras la historieta fue vista y caracterizada durante mucho tiempo
como un “género menor” que trataba temas populares (los superhéroes, el
niño perdido, la guerra, etc.) la novela gráfica parece vincularse más
al mundo de lo literario y trae los recursos típicos de la narración
moderna (recuento, vuelta atrás en el tiempo, etc.)
3.- Si bien hubo en la historia del comic excelentes dibujantes como horacio altuna (Ilustra Kabul de Bengala, con guión de Héctor Oesterheld; El loco Chávez, con guión de Trillo, etc.), alberto Breccia (Sherlock Holmes, un nueva versión de El Eternauta, ambas con guión de Oesterheld) u Osvaldo Walter Viola, conocido como Oswal y creador del superhéroe argentino, Sonoman, por
nombrar solo a algunos rioplatenses que conquistaron mercados en
Estados Unidos y Europa, el tratamiento de la imagen tiene un matiz
diferente en la novela gráfica. En ella se vuelve más elocuente y hasta
cierto punto central y decisivo, por lo que algunos críticos la agrupan
junto al libro álbum.
En la colección de obras literarias del Ministerio de Educación, se destaca Frankestein, como ejemplo de novela gráfica. Se detallan sus características en las reseñas que acompañan este volumen.
* Extraido de: BUENOS LIBROS PARA LEER, BUENOS DÍAS PARA CRECER 1. Reflexiones y propuestas para el mejoramiento de la lectura en el nivel primario. Material elaborado por el Plan Nacional de Lectura en apoyo a la Política Nacional de Intensificación de la Enseñanza de la Lectura en el Nivel Primario: Lic. Silvia Storino.
* Extraido de: BUENOS LIBROS PARA LEER, BUENOS DÍAS PARA CRECER 1. Reflexiones y propuestas para el mejoramiento de la lectura en el nivel primario. Material elaborado por el Plan Nacional de Lectura en apoyo a la Política Nacional de Intensificación de la Enseñanza de la Lectura en el Nivel Primario: Lic. Silvia Storino.