
En la
novela, el discurso construye un mundo, real o ficticio, en el cual los
personajes desarrollan sus acciones. Se constituye a partir de una idea
de “totalidad” y de “universo” más allá de la trama puntual.
En el acto de lectura,
avanzamos hacia su final a través de las acciones de los personajes que
nos conducen a lo largo de la historia, y a través de la trama, hacia la
construcción de un sentido para lo leído. Estos dos niveles, historia y
trama, o argumento más propiamente dicho, son los dos niveles básicos
del discurso que constituyen el “alma” de una novela. La historia está
constituida por el concatenamiento lógico de las acciones, mientras que
la trama o argumento es el complejo mundo de las decisiones que toma el
autor para contárnosla.
La novela se caracteriza
por su extensión y esta particularidad impacta en la configuración del
texto generando modos propios de tratar el contenido. A diferencia de lo
que ocurre en el cuento, la historia se organiza en capítulos que
pueden respetar la linealidad temporal así como intercalar avances,
retrocesos y escenas en simultáneo. La lógica o coherencia del relato se
sostiene a partir de un conflicto central, que se va desarrollando en
el transcurso de la trama hacia una resolución, al tiempo que se
introducen conflictos secundarios.
Un aspecto interesante para tener en cuenta es el tratamiento que se le da al tiempo y al espacio. La estructura en capítulos permite que cada uno funcione con cierta autonomía respecto del resto, y esto redunda en su plasticidad espacio temporal.
Un aspecto interesante para tener en cuenta es el tratamiento que se le da al tiempo y al espacio. La estructura en capítulos permite que cada uno funcione con cierta autonomía respecto del resto, y esto redunda en su plasticidad espacio temporal.

Como es un género de
mayor complejidad, la novela supone por parte del lector un mayor
compromiso y la familiaridad con algunas estrategias narrativas. Suele
ser un relato coral, sostenido por diversos personajes que hacen avanzar
la historia y presenta figuras prototípicas: a) los protagonistas están
en primer plano y movilizan la trama; b) los colaboradores, amigos,
ayudantes, facilitadores, acompañan a los primeros; c) el/ los
antagonista/s son quienes motorizan el conflicto. Asimismo, pueden
incluirse otros personajes en la periferia del relato sosteniendo
distintos niveles de vinculación con la trama central.
El
hilo narrativo puede identificarse en la voz de un solo narrador o bien
multiplicarse en varias voces, que en algunos casos incorpora al propio
autor explicitando su intervención. Ocurre por ejemplo, en La casa
maldita de Ricardo Mariño: “Así
comenzaba el relato. Después, al escritor se le ocurrió hacer que un
niño de once años fuera una noche a investigar la casa, acompañado por
una amiguita de su misma edad (...) ¿Qué le costaba al escritor, si de
todas formas se trataba de un cuento, hacer que el niño fuera en
compañía de toda su pandilla y en una mañana luminosa y radiante?”
Otras, se ubica por fuera de la trama y tiene un conocimiento global de todo lo que está ocurriendo, como en Alicia en el pais de las Maravillas de Lewis Carroll:
“Alicia pensó que todo eso resultaba muy absurdo, pero los demás parecían tan convencidos que no se atrevió a reír y, como no se le ocurría nada que decir, se limitó a aceptar el dedal con una reverencia, tratando de parecer lo más solemne posible”.
“Alicia pensó que todo eso resultaba muy absurdo, pero los demás parecían tan convencidos que no se atrevió a reír y, como no se le ocurría nada que decir, se limitó a aceptar el dedal con una reverencia, tratando de parecer lo más solemne posible”.
Por
otra parte, su versatilidad se pone en juego a través de la
convergencia de una variedad de recursos, personajes, escenarios y
técnicas literarias en función de contar una historia, como flashbacks y
anáforas. Se constituye como una narración extensa y multi-facética que
a menudo aloja descripciones, textos epistolares, monólogos, diálogos,
que invitan a reconocer distintos tonos y matices discursivos.
Si bien la variedad de estos recursos estructurales y lingüísticos puestos en juego en una novela, adecuadamente seleccionada para el nivel lector que la aborde, podrían utilizarse para revisar conceptos de lengua y gramática, creemos que su mayor valor es la posibilidad de ensayar con el colectivo lecturas que aporten a conformar una serie de visiones sobre la novela como expresión social y estética. Heredera de la poesía épica, la novela ha venido a instalarse como una forma eficaz para narrar, por fuera de la historia propia de cada una, nada menos que las aventuras del hombre y las sociedades que ha creado en todas sus humanas dimensiones.

¿Es posible leer novelas en el primer ciclo de la escuela primaria?
Adentrarse en la lectura de la novela es el
momento más apasionante y de mayor cerca- nía y comunión que se
establece con los alumnos. Una experiencia que se sostendrá por días o
semanas, compartiendo una historia, sumergiéndose juntos en el mágico
universo del pacto ficcional, desarrollando una experiencia compartida
entre todos y sin embargo profundamente personal, singular, única. Cada
lector de esa comunidad de lectores esta- rá haciendo su propia
resignificación del texto, su propia “lectura”.
La
propuesta del docente/mediador debe ser diaria: en un primer momento
presentar a los alumnos los libros y el plan de trabajo. Es importante
tener en cuenta el contexto en el que se da la lectura: leer en el aula
con todo el grupo no es lo mismo que leer solo en la casa o en la
biblioteca; la comprensión del texto estará condicionada por las
circunstancias de la lectura.
Este espacio dedicado
una vez al día es una excelente oportunidad para compartir con los
alumnos una novela, en el cual podrá leerse directamente un capítulo. Es
importante que el lector disfrute de lo leído, lo cual redundará en
beneficio del vínculo entre los niños y la lectura. Ella podrá entonces
trasformarse en algo significativo. A partir de una primera propuesta,
ellos mismos podrán apropiarse del espacio generado por el mediador y
así elegir una novela en la biblioteca, en una mesa de libros para
leerla en voz alta a todo el grupo o para compartir con algún compañero;
en voz baja para sí mismos, para comentar lo leído.
Si bien la variedad de estos recursos estructurales y lingüísticos puestos en juego en una novela, adecuadamente seleccionada para el nivel lector que la aborde, podrían utilizarse para revisar conceptos de lengua y gramática, creemos que su mayor valor es la posibilidad de ensayar con el colectivo lecturas que aporten a conformar una serie de visiones sobre la novela como expresión social y estética. Heredera de la poesía épica, la novela ha venido a instalarse como una forma eficaz para narrar, por fuera de la historia propia de cada una, nada menos que las aventuras del hombre y las sociedades que ha creado en todas sus humanas dimensiones.

¿Es posible leer novelas en el primer ciclo de la escuela primaria?
Es necesario y deseable
que los alumnos y alumnas de la escuela primaria tengan un amplio y
variado recorrido lector, que lean novelas, cuentos, poesías,
historietas, leyen- das, libros álbumes, pero también otras tipologías
textuales como ensayos, textos cientí- ficos, históricos, informativos.
La lectura constituye una práctica personal y comunitaria intensa,
gratificante, incitante, incómoda a veces, que provoca quiebres y
desafíos.
Leer
novela en 3o grado supone adentrarnos a una estructura narrativa que
implica cierta complejidad, por eso esta propuesta conlleva también un
desafío. “No se aprende a leer libros difíciles si solo se leen libros
fáciles”1,
señala Teresa Colomer. Llegar en- tonces a la lectura de una novela
comporta un recorrido previo, progresivo, un cúmulo de prácticas
sociales en torno a ella que preparen el terreno para explorar y
descubrir nuevos y más complejos esquemas narrativos.
Para
aproximar a los niños de los primeros grados a la lectura de la novela,
se podría comenzar por realizar un recorrido de lecturas de cuentos en
los que se repita el mismo personaje, por ejemplo la serie Federico, de Graciela Montes. En un segundo momento se podría incursionar en la lectura de la “nouvelle” o novela corta, por ejemplo Toby, de
Graciela Cabal. A partir de allí, paulatinamente, se podría continuar
profundizando en la extensión, variedad y complejidad de los textos.

Podríamos
pensar en la lectura en voz alta, por parte del docente o
bibliotecario, de cada capítulo (uno por día, o tal vez dos o tres en la
semana). La periodicidad quedará a criterio del mediador y las
exigencias de los lectores.
El
mediador (que conoce y ha leído previamente la novela) con su voz,
creará los climas, el suspenso, les dará vida a los diferentes
personajes. Las pausas, el ritmo, los tonos, colaboran en la
interpretación y construcción que hace el niño lector que escucha leer.
Si nos centramos en la
colección de libros que ha llegado a las escuelas a través del
Ministerio de Educación de la Nación veremos que hay muchos y muy
interesantes títulos de novelas para leer con los chicos. Será el
docente el más indicado para seleccionar y proponer el libro que los
ayude a ampliar su universo de lecturas, como conocedor de los
intereses, experiencias y recorrido lector de su propio grupo de
estudiantes.
Leer novelas en el segundo ciclo de la escuela primaria
En el segundo ciclo de
la escuela primaria, sobre todo en 6o grado, se puede trabajar un amplio
grado de variantes dentro del ámbito de la novela, como aquellas que
incluyen análisis psicológicos de los personajes, intriga, métodos de
investigación. También podrá considerarse la novela clásica, que ha
tendido al uso de un lenguaje directo y simple o la moderna, que además
de renovar totalmente la estructura narrativa, tiende a la utilización
de un lenguaje más literario y poético.

En
un primer acercamiento se pueden reconocer los elementos paratextuales
para compartir y analizar los diversos modos en que el libro, en tanto
objeto cultural, dialoga con el lector. Los títulos, biografía del
autor, reseña y comentarios, entre otros. Estos datos también ayudan a
que el lector construya anticipaciones sobre el significado del texto
porque proporcionan información fundamental sobre la obra.
La palabra paratexto significa etimológicamente, aquello que acompaña al texto. Otra manera de definirla es como el entorno variable del texto. Por
una parte, predispone y condiciona la lectura, y por otra, la acompaña
ayudando al lector a construir significados y cerrar sentidos en el
texto. En una novela, la ilustración de la tapa, el nombre del autor, la
nota de la contratapa o la solapa, nos dará información sobre su
contenido. Desde una visión práctica, el objetivo de la lectura es el
que decide el recorte y, por tanto, define el carácter paratextual o
textual de algunos elementos.
Según
Jean Hébrard (en Braslavsky:1994): “(...) antes de ser un texto, un
libro es, para el lector, una cubierta, un título, una puesta en página,
una división en párrafos y en capítulos, una sucesión de subtítulos
eventualmente jerarquizados, una tabla de materias, un índice, etc., y
desde luego, un conjunto de letras separadas por blancos. En síntesis,
un libro es ante todo un proceso multiforme de especialización del
mensaje que se propone a la actividad de sus lectores.” Para desarrollar la secuencia didáctica, el punto de partida habitual en un aula es la Lectura en voz alta por parte del docente.

Para finalizar, queremos recordar la introducción de la novela Si una noche de invierno un viajero del escritor italiano Italo Calvino, como uno de los inicios para disfrutar este desafío: “Estás
a punto de empezar a leer la nueva novela de Italo Calvino. Relájate.
Concéntrate. Aleja de ti cualquier otra idea. Deja que el mundo que te
rodea se esfume en lo indistinto. La puerta es mejor cerrarla; al otro
lado siempre está la televisión encendida. Dilo enseguida, a los demás:
“¡No, no quiero ver la televisión!”. Alza la voz, si no te oyen: “¡Estoy
leyendo!; No quiero que me molesten!”. Quizá no te han oído; con todo
ese estruendo; dilo más fuerte, grita: “¡Estoy empezando a leer la nueva
novela de Ítalo Calvino!”. O no lo digas si no quieres; esperemos que
te dejen en paz”.
¡Buena Lectura!
* Extraido de: BUENOS LIBROS PARA LEER, BUENOS DÍAS PARA CRECER 1.
Reflexiones y propuestas para el mejoramiento de la lectura en el nivel
primario. Material elaborado por el Plan Nacional de Lectura en apoyo a
la Política Nacional de Intensificación de la Enseñanza de la Lectura
en el Nivel Primario: Lic. Silvia Storino.